11.8.12

El uno por ciento

Bueno, si bien es cierto que hace ya bastante tiempo que no publico un relato en el blog, no es porque mi velocidad escritora se haya reducido drásticamente. Tan solo los relatos que deberia de dejar aqui, los mando a Certamenes que exigen que todo lo mandado sea inédito. Este microrelato no irá a saco roto, y será publicado en la revista bimestral miNatura #121, con lo que esto es la primera publicación que hago, de la que me siento orgulloso. Aunque me quedaré con que esto no es una victoria, si no una no derrota.


Con cierto cansancio mañanero, y con la capa de pereza que me caracteriza, encendí la televisión holográmica de mi salón. Me adormiló aun más la aterciopelada voz de la presentadora de las noticias; lástima que fuera la de una simple robot. Anunciaba la reciente subida de la criminalidad en el mundo, a un uno por ciento. Cuando en otro momento, el escuchar de un seis por ciento de índice hubiera sido el perfecto reflejo de una sociedad utópica e idealizada, ahora estremecía el hecho de que había subido como la espuma al uno por ciento. Tal vez fuera por la implantación de la tecnología en el campo de la ley y la justicia, que nuestro planeta hoy, goza de un bienestar seguro y afianzado. Todos, como ignorantes, nos dejamos abrazar por la simpatía y la obediencia que se respira al lado de los autómatas férricos que nos protegen día tras día. Pero la realidad oculta es que una mano de hierro oprime a todo ese uno por ciento, inspirando un temor cruel y un macabro miedo disfrazado, con horrorosas torturas en las peores prisiones, dignas de horribles videojuegos de terror. Mi víctima solloza y suplica en lamentos ahogados. Enciendo mi cortadora de plasma con una sonrisa tétrica. Me da igual, soy de los del uno por ciento y nunca faltaré a mi instinto asesino.


Un saludo

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