Desempolvar

Ahora paso por esa extraña etapa del escritor, en la que me encuentro antiguos relatos olvidados, en el camino de creación. Eso de leer relatos llenos de polvo esta bien, te hace recordar momentos y ambientes. También te hace recordar lo mucho que has avanzado, y lo mal que escribias cuando empezaste. Pero no está tan bien cuando esos relatos tienes que desengrasarlos, y volver a usarlos como vehículo principal.

Bueno, ciertamente está de puta madre. Es como moldear a partir de una base, que sabes que es tu propia base. Complicado, pues debes intentar no romper los cimientos en la restauración, pero sencillo, porque tan solo debes apretar algunos clavos y poner algunas capas de pintura que se habían estado desollando.

Pues eso tengo que hacerlo un par de veces con un par de relatos, para ir calentando motores. Se acerca noviembre, mes seco de certámenes. Es aquí donde debo desenfundar y arremeter contra toda revista viviente, e ir quitándome trabajo para diciembre, que este si que viene bien cargado de certámenes.

A preparar buena mierda, que se acerca el invierno y los dedos se nos van a engarrotar a más de a uno.